La oración de intercesión: camino al corazón de Dios
Hoy me presenté a pedirte por mis amigos…
Amado tan amado, gracias por tanto fervor que ponés en mí para que siga intercediendo.
Más oraba por ellos y más cerca te sentía…
Más te hablaba de ellos y más fuego ponías.
Más te clamaba y más deseo de clamarte experimentaba.
Amoroso Esposo: ¡qué secreto me has rebelado en este día!
Hoy me has dado a saber que hay un atajo a tu corazón: la súplica por los otros.
La cita con el Amado
Me llamas,
me citas a tu encuentro,
reclamas mi presencia,
llamas mi atención…
Corro, lo dejo todo,
para detenerme frente a Ti
y quedarme quietecita esperando tus palabras…
En silencio, espero tu Caricia,
en soledad, espero tu Abrazo…
Pasan los minutos y Tu Presencia
es como un arroyito suave,
que se desliza y entra por las grietas de mi corazón.
Dulce sol que entibias lo más frío
y ensanchas mi deseo de Vos.
¡Cómo no amarte! ¡Cómo no seguirte! ¡Cómo no dejarlo todo!
Mónica Alvarez
lunes, 18 de mayo de 2009
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